UN CAMINO EN SOLEDAD
Con el paso de los años, la vida nos somete a innumerables
pruebas. Unas las superaremos con éxito, otras nos costará un poco más de
esfuerzo, pero al final también lograremos vencerlas.
Pero puede que en algún
momento de nuestras vidas, se nos presente una prueba insuperable, que nos
marque para siempre, y que nos haga
tomar una drástica decisión, que en muchos casos no será la más adecuada para
uno mismo, pero si la que conforme a todos los demás.
Algunos nos tacharán de cobardes, mientras que otros
pensarán que has hecho lo correcto.
No se puede complacer a todo el mundo. Por más que lo
intentes, siempre habrá alguien que salga perjudicado con tus decisiones.
Y en un intento desesperado de salir a flote de ese pozo en
el que estás sumergido, puede que tomes la decisión de renunciar a todo. No
complacer a nadie. Olvidarte del mundo y de todo lo que te rodea y empezar una
nueva vida. Una vida en soledad, donde solo tengas que complacerte a ti mismo
sin preocuparte de hacer daño a nadie.
Puede resultar una postura cobarde y egoísta, pero hay
personas que están destinadas a estar solas, porque todo lo que tocan lo
destruyen. No con mala intención. No es algo premeditado, es simplemente, que
no saben reaccionar a los problemas, a esas pruebas que nos vemos sometidos, y
para no hacer daño a nadie, lo mejor es desaparecer de sus vidas.
Nadie es imprescindible y dicen que todo se supera. A veces
lo mejor es dejar en paz a todos, cada uno con su vida, y partir hacia otro
camino, un camino solitario donde no puedas hacer daño a nadie.
Como dice la canción….Partiré canturreando, mis poemas más
tristes, le diré a todo el mundo, lo que tú me quisiste…..detendré mi camino en
un pueblo lejano, y allí moriré.
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