lunes, 12 de diciembre de 2016

AMOR PLATÓNICO

AMOR PLATÓNICO


AMOR PLATÓNICO

Cada mañana te veo pasar
yo sentada en mi mesa,
tú elegante y sonriente
pero como siempre, sin saludar.

Traje y corbata de marca.
Perfume que me embriaga.
Inhalo tu aroma,
y se humedece mi braga.

Desde mi puesto te veo
en tu despacho trabajar,
si tuviera el valor de acercarme
y decirte que te quiero besar…

Cada mañana me peleo con mi armario
y no sé qué ropa poner
Sobre este cuerpo inadvertido para ti,
Que se muere por darte placer.

Si pudiera adivinar qué piensas
cuando miras a la nada
mientras muerdes tu labio inferior
y tu mirada se queda parada…

Desde mi cama te sueño cada noche,
te imagino al día siguiente,
acercándote hacia mí
ofreciéndome  tu coche

Y me abrazo a mi almohada,
y miro tu fotografía,
y te sueño en mi cama,
entre mis sábanas frías.


Si yo fuera más alta, más guapa…
Si yo fuera más habladora, más extrovertida…
Si yo fuera más valiente, más atrevida…
Si yo fuera…si yo fuera… si yo fuera…

Pero soy como soy.
Tu presencia me paraliza,
me deja sin aliento,
tu mirada me hipnotiza.

Y empieza otra vez la semana
y hago planes en mi mente 
y me digo que seré valiente
 que de esta semana no pasa.

Pero llega el viernes
y otra vez sola en casa.
Te sueño y te pienso en silencio
Por qué no me ves, qué te pasa?

Acaso soy invisible?
Seis años hace ya que trabajo para ti,
seis años ya que suspiro por ti,
y tu imagen y tu aroma se han apoderado de mí.

Tienes esposa e hijos
y pareces feliz
y me siento culpable
por sentir lo que siento por ti.

Y se me pasan los años,
Y no puedo, ni quiero olvidarte.
Serás por siempre mi amor platónico?
O alguna vez conseguiré enamorarte?

lunes, 5 de diciembre de 2016

UN AÑO MÁS

UN AÑO MÁS





Y otra vez llegó diciembre,
un año más que pasa, un año más que vivo,
 un año más que muero.
Porque yo nací en diciembre.

Un mes lleno de alegrías y de tristezas.
Para algunos muchos regalos, y
para otros pobreza.

Y no hablo de dinero, de mariscos y champagne,
hablo de amigos, de familia y de los que ya no están.

Cuando somos niños vivimos este mes con alegría.
Adoramos a Papa Noel, a Los Reyes magos y a la Virgen María.

Cuando crecemos y tenemos hijos
disfrutamos de estos días
saliendo a ver belenes, visitando centros comerciales y dándoles caprichos.

Nuestros hijos crecen, y pasan de tradiciones,
¡Yo quiero irme de viaje,
Para eso estoy de vacaciones!

Y no les falta razón, a fin de cuentas...Qué es la Navidad?
La hemos convertido en salir de compras, comer y gastar.

Nadie se vuelve bueno de repente porque es Navidad,
y aunque así fuera, de que sirve ser buena persona una vez al año,
si el resto de los días desprendes maldad?

De nuevo hacemos planes, nos marcamos metas,
como dejar de fumar, salir a correr, o hacer dietas.

Esto nos dura cuatro días, 
en cuanto pasa reyes,
desmontamos el árbol y el Belén
y nos vamos de rebajas
porque aunque no tengamos dinero,
gastar se nos da muy bien.

Nos quejamos de la cuesta de enero, mientras renovamos nuestro fondo de armario.
En febrero habrá que apretarse el cinturón,
porque no nos subieron los salarios.

Y la historia se repite un año tras otro,
cenas y comidas con familia y  con amigos
¡A mi el año que viene no me pillan,
Vaya gasto y vaya rollo!
Pero de nuevo llega diciembre
y sin darnos cuenta, ya estamos metidos en el embrollo.

Vamos a poner dinero para la lotería,
que este año nos tiene que tocar, 
y el día 23, no venimos a trabajar!

20€ por aquí, otros 20 por allá,
sin darnos cuenta, entre loterías, cenas y regalos,
la paga extra se nos va.

Y así empezamos otro año, 
y enseguida llega la Semana Santa,
el verano y otra vez la Navidad.

Porque es lo tiene diciembre,
que aunque sea el último mes del año, y en enero nos parezca tan lejano, los años pasan sin pedir permiso, y esa es la única verdad.